Ya se sabe. Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana. Muy cierto. Pero lo de "contigo pan y cebolla" mentira cochina. Tu ingenio no tiene fin. Un abrazo.
Francesc, una relación bien interesada la que muestras. El dinero y el amor nunca tienen buena química. Te mueves con mucha soltura en los nanorrelatos.
Se veía venir: cuando el bolsillo es un cubito de hielo, la cama es un frigorífico.
ResponderEliminarUn saludo.
Por el interés te quiero Andrés. ¿Se llamaba Andrés? ...ji,ji.
ResponderEliminarUn abrazo Francesc.
Pues sí, es una realidad tristemente extendida. Afortunadamente, aún hay excepciones. Un saludo.
ResponderEliminarPrecisamente cuando le puse ese título pensé en "por el interés te quiero Andrés" jaja. Un abrazo.
ResponderEliminarDoce palabras para contar infinidad de vidas, Francesc.
ResponderEliminarUn abrazo,
Y yo que me conformaba con contar solo una! Un abrazo, Pedro.
ResponderEliminarYa se sabe. Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana. Muy cierto. Pero lo de "contigo pan y cebolla" mentira cochina. Tu ingenio no tiene fin. Un abrazo.
ResponderEliminarFrancesc, una relación bien interesada la que muestras. El dinero y el amor nunca tienen buena química. Te mueves con mucha soltura en los nanorrelatos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Nicolás. Por lo que veo en Cuenta 140 tú también le has cogido el truquillo. Un abrazo.
ResponderEliminarEs lo que tiene la cebolla, que te hace llorar. Un abrazo, Mar.
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