Ganador del II Concurso de Microrrelatos "Feria de Agosto de Guareña"
Papá lleva veinte años
construyendo una maqueta. Su obsesión ha llegado a tal límite que reproduce
fielmente cada detalle de la ciudad. Si el vecino decide pintar la fachada de
su casa de otro color, papá corre a la tienda a comprar el mismo tono de
pintura. Mamá está harta. Ayer se fue de casa. Después de buscarla durante todo
el día, al final la encontramos en la estación. A través de la lupa pudimos ver
cómo se despedía de nosotros mientras subía las maletas al tren.
A veces las obsesiones por lo accesorio nos ciegan hasta impedirnos conservar lo importante. Me parece un relato excelente.
ResponderEliminarUn saludo
JM
juanmanuelsanchezmoreno.blogspot.com
Enhorabuena otra vez. Estos relatos mágicos me encantan. Además, rebozado por el detallismo del padre solo en lo que le interesa. Yo tenía un despojo retocado para participar aquí. Me seduce el tema de la feria, pero, al final, con las vacas en el ordenador se quedó llorando.
ResponderEliminarEnhorabuena, por el premio. La obsesión por la cosas sin importancia hace que uno pierda las que si la tienen, y este tipo de historias reflejan muy bien lo que pasa hoy en día.
ResponderEliminarUn abrazo .
Puri
Felicidades.
ResponderEliminarEs muy bueno y simpático. me gustó mucho
Me encanta. Un microrrelato logrado de veras. Este juego de realidad y reproducción a escala es muy interesante. Y toca el tema de las obsesiones y del afán de perfección de modo muy literario.
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