Todo empezó cuando me trasplantaron las dos manos. En tan solo dos semanas ya era capaz de escribir y manipular objetos casi con normalidad. Sin embargo, aquello no era lo más asombroso. Al poco tiempo descubrí que podía tocar el piano, a pesar de no haberlo hecho en mi vida. Luego me pasó lo mismo con los malabares y la papiroflexia. Incluso llegué a hacer algún truco de magia. Mi mujer y mis hijos están encantados con el cambio. Es más, ella se ha vuelto a enamorar de mí. Bueno, mejor dicho, de mis manos. Tanto es así que ahora ya no quiere besos, solo caricias. Además me exige a todas horas que le haga masajes. Qué manos tienes, me dice. Ella lo ignora, pero sueño con que todo vuelva a ser como antes. Hoy me ha pedido que recorte los setos del jardín. Al coger las tijeras de podar y comprobar lo afiladas que estaban, he sentido un cosquilleo por todo el cuerpo.
"Preferiría no hacerlo" era el tema de la convocatoria de julio en Esta noche te cuento. En esta ocasión he tenido la suerte de ser elegido ganador del mes. Honor que comparto con Mercedes Jiménez y Rosa Molina. Aquí podéis leer al resto de ganadores y mencionados, entre los que se encuentran algunos amigos como Nicolás Jarque:
Ya lo sabía yo. No podía ser de otra manera.
ResponderEliminarEs de gran calidad.
Muchas felicidades, Francesc.
Besos mil.
Muchas gracias, Beatriz. Besos.
EliminarExcelente relato. Enhorabuena, Francesc :-)
ResponderEliminarGracias, Nicolás. Un saludo.
EliminarMe gusta el texto. Te deja con el incógnito. ¿Se cortó las manos? Un sabor a quiero saber más.
ResponderEliminarUn saludo.
Me alegra que te haya gustado. Esa es la sensación que quería conseguir. Un saludo.
EliminarLo has podado a la perfección. Has avanzado con paso firme pero sin prisa, dejando que las palabras se cuelen entre las yerbas. Y nos has plantado las tijeras, justo ahí, donde más brillan.
ResponderEliminarHa sido una gozada ver caer las yerbas de este microrrelato.
Saludos
Es una gozada leer comentarios como los tuyos, Nel. Suerte en el concurso.
EliminarUn saludo
Felicitaciones, Francesc. Buenísimo el relato. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Mónica. Un abrazo.
EliminarLo inquietante del relato, al menos en mi lectura, es que no se sabe si volvería a la situación anterior o iría más allá con sus afiladas manos convirtiéndose en un sanguinario ser.
ResponderEliminarMuy completo, Francesc.
Juan M
Un relato lleno de incógnitas; ¿de quién eran esas manos, porqué no es feliz con ellas, el cosquilleo se debe a la oportunidad de poder liberarse de ellas o porque la historia dará un giro hacia lo truculento?
ResponderEliminarPrefiero no obtener respuestas.
Un beso