No se preocupe, soy infalible, le dijo el lanzador de cuchillos.
Gracias al gran Fernando Vicente por recortarle las palabras que le sobraban. Si alguien no conoce aún su blog debe visitarlo: http://www.fernandovicente.me/
A mí me gustaría saber cómo era el original, cuando no le sobraban palabras... Pero puestos a elegir, y como sólo hay una propuesta : me quedo con esta DIANA, aunque....si es infalibre y hace diana, ¡dios nos coja confesados!.
Un abrazo Francesc, por supuesto que conozco a Fernando Vicente. ;)
Madre mía, lo chungo es llamarse Diana ante un lanzador de cuchillos... Eres el rey de 140, Francesc. Y no, no conocía a Fernando Vicente, y en su casa he estado. Gracias.
Pues a mí me parece una declaración de amor, donde pongo el cuchillo pongo el corazón. Madre mía, si es que son las 7:30 de la mañana y estoy sin café. Un abrazo. Genial, como siempre.
Francesc, no sería yo el que se colocara en un escenario a recibir lanzamientos de cuchillos, flechas o demás, aunque el artista en cuestión me asegurara que es el mejor del mundo en lo suyo. La vida es para arriesgarse, pero no tanto.
Original microrrelato que juega con el doble sentido de una forma muy agradecida.
Sí, creo que esta vez he dado en la diana con el título. Muchas gracias, Miguel Ángel. Como le decía a Laura y a David que no se lo he dicho, cuando tenga un rato me paso por tu blog. Un abrazo.
Jaja cada cual interpreta lo que puede, lo que cree, o lo que quiere :) Epero que te haya sentado bien el café. Tú si es genial. Me pasaré luego por tu blog. Un abrazo.
Francesc, un gran placer para un pequeño microrrelatista como yo el conocerte (todavía me duele la leche que me diste con tu mano postiza). Ya te tengo "coleccionado" en mi blog para seguir tus andanzas y tus Dianas a partir de ahora. Nos vemos en breve. Un abrazo.
Fran, el placer ha sido mío, no sé de qué pequeño microrrelatista hablas, yo conocí a uno muy grande. Además, esta tarde me he pasado por tu blog y lo he comprobado con mis propios "ojos" (me encantó ese micro). El próximo día prometo dejarme en casa la mano postiza. Nos vemos y nos leemos. Un abrazo.
A mí me gustaría saber cómo era el original, cuando no le sobraban palabras... Pero puestos a elegir, y como sólo hay una propuesta : me quedo con esta DIANA, aunque....si es infalibre y hace diana, ¡dios nos coja confesados!.
ResponderEliminarUn abrazo Francesc, por supuesto que conozco a Fernando Vicente. ;)
Inquietante, que sea infalible me pone nervioso, jajaja
ResponderEliminarMuy bueno.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Madre mía, lo chungo es llamarse Diana ante un lanzador de cuchillos... Eres el rey de 140, Francesc.
ResponderEliminarY no, no conocía a Fernando Vicente, y en su casa he estado. Gracias.
Un abrazo.
Gracias, Francesc, pero lo único que hice fue usar un poco de tijera, pero el mérito (en todo y especialmente en el título) es tuyo
ResponderEliminarBrillante, Cesc.
ResponderEliminarConozco a Fernando, uno de mis imprescindibles en mi itinerario de lectura.
Un abrazo.
Pues a mí me parece una declaración de amor, donde pongo el cuchillo pongo el corazón. Madre mía, si es que son las 7:30 de la mañana y estoy sin café. Un abrazo. Genial, como siempre.
ResponderEliminarFrancesc, no sería yo el que se colocara en un escenario a recibir lanzamientos de cuchillos, flechas o demás, aunque el artista en cuestión me asegurara que es el mejor del mundo en lo suyo. La vida es para arriesgarse, pero no tanto.
ResponderEliminarOriginal microrrelato que juega con el doble sentido de una forma muy agradecida.
Abrazos.
En el original se mencionaba que había una víctima, pero sobraba esa aclaración. Cuando tenga un rato pasaré por tu blog. Un abrazo, Laura.
ResponderEliminarJaja de eso se trata! Gracias, David. Un saludo.
ResponderEliminarSí, creo que esta vez he dado en la diana con el título. Muchas gracias, Miguel Ángel. Como le decía a Laura y a David que no se lo he dicho, cuando tenga un rato me paso por tu blog. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias a ti, Fernando. Recortar hasta quedarse con lo esencial es lo más importante!
ResponderEliminarMuchas gracias, Pedro. Yo lo conocía poco, pero me constaba que era uno de los imprescindibles. Un abrazo.
ResponderEliminarJaja cada cual interpreta lo que puede, lo que cree, o lo que quiere :) Epero que te haya sentado bien el café. Tú si es genial. Me pasaré luego por tu blog. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, compañero. A ver si el martes que viene coincidimos por fin. Abrazos.
ResponderEliminarFrancesc, un gran placer para un pequeño microrrelatista como yo el conocerte (todavía me duele la leche que me diste con tu mano postiza). Ya te tengo "coleccionado" en mi blog para seguir tus andanzas y tus Dianas a partir de ahora. Nos vemos en breve.
ResponderEliminarUn abrazo.
Fran, el placer ha sido mío, no sé de qué pequeño microrrelatista hablas, yo conocí a uno muy grande. Además, esta tarde me he pasado por tu blog y lo he comprobado con mis propios "ojos" (me encantó ese micro). El próximo día prometo dejarme en casa la mano postiza. Nos vemos y nos leemos. Un abrazo.
ResponderEliminarpor si acaso, yo prefiero no estar cerca de la diana. Muy buenos esos micros, micros.
ResponderEliminarvoy a leer otros cuantos.
Muchas gracias, Elena. Es un placer que visites mi blog. Un saludo.
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