Pele los ajos. Cuatro serán suficientes. Corte la punta y la base sin que la piel se desprenda. Retire la parte central para evitar el sabor desagradable que produce. Trocee los ajos en láminas y dórelos. Agregue un par de tomates maduros rayados. Mezcle bien y salpimente. Ponga la mezcla a fuego lento durante cinco minutos. Añada pan duro y unas gotas de veneno. Remueva durante dos o tres minutos. Vierta el agua en la cazuela. Con un litro bastará. Antes de servir, deje que la sopa se enfríe (ya conoce el proverbio). Y recuerde: acompáñese de una buena coartada.
Esta microrrelato (más bien receta) ha sido destacado en Wonderland junto a los de Sergi Cambrils, Raúl Ariza y Rubén Rojas. El ganador ha sido "De los infinitos matices tonales del color lodo"de mi tocayo Francesc López.
Toma ya, con dos palabras en mitad de la receta has bordado el micro.
ResponderEliminarEres la bomba.
Abrazos
Muchas gracias, Anita! :) Precisamente por eso, porque había mucha "receta" no confiaba en ganar o ser finalista. Me he alegrado mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarEstá muy bien, Francesc. Efectividad y sugerencia bien dosificada: una buena receta.
ResponderEliminarA ver, si tu eres Nanomaster sigue con lo tuyo. Te prohíbo microrrelatos buenos también. A ver de qué van a comer los demás.
ResponderEliminarEnhorabuena Francesc, muy divertido.
ResponderEliminarMe siento orgulloso de estar entre vosotros como finalista en Wonderland.
Voy a preparar una receta de esas para mi, a ver si funciona con mi estreñimiento, jeje.
Un saludo
Sergi Cambrils
Llevaba buen camino hasta el pan duro el siguiente ingrediente me quitó el apetito.
ResponderEliminarExcelente micro. Enhorabuena .
Abrazo. admirado.
Otro micro excelente, Francesc. Difícil se lo habéis puesto al jurado de Wonderland.
ResponderEliminarEsta pieza demuestra -como apunta Ana- en qué consiste el microrrelato -que no receta, pardiez-. Dos incisiones en el texto -que son como dos mordiscos al lector- transforman una cosa en otra.
La única pega que le pongo es la de la oportunidad. De no haber tenido que enfrentarlo al micro de Xesc, esta pieza tenía perfume de victoria.
Un abrazo,
¡Qué bueno Francesc! Me he apuntado tu receta. Lo de la coartada es el ingrediente más difícil de encontrar. El ajo, me encanta. Enhorabuena, cocinero, receta de premio. Un abrazo.
ResponderEliminarFrancesc, esto del Facebook es una ruina. Le das a "me gusta" sin apenas fijarse en la entrada y diciéndote, luego lo leo. Y claro se te olvida.
ResponderEliminarMenos mal que te pregunté.
Es muy bueno como su hermano pequeño y tiene ese punto de mala leche muy bien aderezado que logra sorprender.
¡Enhorabuena y a seguir la senda abierta!
Abrazos.
Genial Francesc, me gusta mucho la cocina, las recetas, comer... y haces un corte de ajos que da apetito.
ResponderEliminarEnhorabuena y desde este momento te sigo en tu blog.
Invitado quedas a pasear un poco por el mío y quedarte si ves algo interesante.
Un saludo y lo dicho enhorabuena
Buen micro, felicidades. Un saludo.
ResponderEliminarFelicidades Francesc por tu relato!
ResponderEliminarUna pena que nos tengas abandonados a los microlunáticos...
Enhorabuena, Francesc, recetas así para invitados especialmente elegidos. El último ingrediente es fundamental, la digestión si no puede ser muy dura.
ResponderEliminarEsta receta tuya me ha encantado. Me parece muy original y sobretodo me gusta el recordatorio de la coartada para una receta redonda.
ResponderEliminarBesos
Enhorabuena!!
ResponderEliminarMuy bueno, el final con la coartada genial. Quizá un poco reiterativo la primera parte, quizá mucha receta, sólo por eso y por la competencia no ganó, quizá.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Muy fría es esa venganza, Francesc. Al principio pensé en el gazpacho con somníferos de "Mujeres al borde de un ataque de nervios", pero luego me acordé de una receta de "Carne de cañón al chilindrón" que proponía Javier Krahe. En ningún momento pensé en "Las recetas del amor", un libro que me regalaron unos amigos que no me conocía mucho.
ResponderEliminarUn saludo
Juan M